La muchacha de los bucles azules
rompe en llanto cada vez que suena mi corneta amarilla
la escollera muestra sus dientes
cuando pasea descalza los días nublados
pero ella va y se sienta
revisa los bolsillos descocidos
alumbra la tarde con su resplandor
el sol tibio tiñe sus bucles azules
y yo me siento
y la espío desde lo alto de mi edificio
si ella supiera lo que la quiero
que no me guardo nada
que deseo teñir mi corneta de azul como el mar…
pero con el deseo no alcanza
el mundo está lleno de utópicos soñadores
mientras las cornetas siguen siendo amarillas
y las mentiras de todos los colores que te puedas imaginar.